viernes, 30 de marzo de 2018

Novena a la DIVINA MISERICORDIA (séptimo día)


SÉPTIMO DÍA: 
POR LAS ALMAS 
QUE VENERAN 
ESPECIALMENTE 
LA DIVINA MISERICORDIA

Hoy tráeme las almas 
que veneran y glorifican 
especialmente Mi misericordia 
y sumérgelas en Mi misericordia. 
Ellas sintieron los sufrimientos de Mi Pasión 
y penetraron en Mi espíritu 
más profundamente que ninguna otra. 
Son vivo reflejo de Mi piadoso corazón, 
y resplandecerán con esplendor especial 
en la vida futura.
Ninguna de ellas 
sufrirá el tormento del fuego eterno, 
porque las defenderé 
con particular empeño 
a la hora de la muerte.”

 
Misericordiosísimo Jesús, 
cuyo corazón es el amor mismo, 
recibe en el seno de Tu corazón piadosísimo 
las almas de aquellos 
que de una manera especial 
alaban y honran 
la grandeza de Tu misericordia. 
Son poderosas con el poder de Dios mismo. 
En medio de las dificultades y aflicciones 
siguen adelante, 
confiadas en Tu misericordia; 
y unidas a Ti, 
Oh Jesús, 
portan sobre sus hombros 
a todo el género humano; 
por ello no serán juzgadas con severidad, 
sino que Tu misericordia las acogerá 
cuando llegue el momento 
de partir de esta vida. 

Padre Eterno, 
vuelve Tu mirada 
sobre las almas que alaban y honran 
Tu Atributo Supremo, 
Tu misericordia infinita, 
guarecidas en el Piadosísimo Corazón de Jesús.
 Estas almas 
viven el Evangelio 
con sus manos rebosantes de obras de misericordia 
y su corazón, desbordante de alegría, 
entona cánticos de alabanza a Ti, 
Altísimo Señor, 
exaltando tu misericordia. 
Te lo suplico Señor: 
Muéstrales Tu misericordia, 
de acuerdo con la esperanza 
y confianza en Ti depositada. 
Que se cumpla en ellos 
la promesa hecha por Jesús, 
al expresarles 
que durante su vida, 
pero sobre todo 
a la hora de la muerte, 
aquellas almas 
que veneraron Su infinita misericordia, 
serían asistidas por El, 
pues ellas son su gloria. 
Amén. 


[Terminar con la coronilla a la Divina Misericordia]




 

 LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA


 (para rezarla con las cuentas del rosario)

Al comienzo:
 
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.


Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, La Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.


Al comienzo de cada decena (1 vez):


Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.


En cada cuenta de la decena (10 veces):

Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Al terminar (3 veces):

Santo Dios, Santo Fuerte,  Santo Inmortal, ten piedad de  nosotros y del mundo entero.




Nota: Siempre se meditan los misterios dolorosos. La coronilla se debe rezar cuando se pueda a las 3:00 p.m. (hora de la Divina Misericordia) o en cualquier hora y en cualquier momento aunque no se esté rezando la novena. Se puede hacer la Señal de la Cruz y el Acto de Contrición al iniciar la Coronilla.

Uno de los lugares que Dios ha elegido para que la gente pueda experimentar su presencia y su gracia – como admitió el Papa  San Juan Pablo II – es el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia-Lagiewniki. Peregrinan a este lugar millones de personas de todo el mundo. Para aquellos que no pueden hacerlo físicamente, pero que desean de todo corazón poder estar en este lugar, las Hermanas de la Congregación de la Madre de Dios de la Misericordia han preparado una transmisión on-line las 24 horas del día por Internet, desde su Capilla-Santuario, con vistas al altar con la Imagen milagrosa de Jesús Misericordioso y la tumba de santa Sor Faustina. (https://www.faustyna.pl/zmbm/es/transmision-on-line/)