jueves, 3 de junio de 2010

Oración por los seminaristas


Oh Jesús, Sacerdote Eterno, que en tu infinita bondad y providencia te dignas escoger de entre los hombres a los que llamas al estado sacerdotal, para que se ocupen de las cosas que pertenecen a Dios, que son tus intereses divinos y eternos. Mira cuán sensible y desventajoso es para tu Iglesia la disminución de los jóvenes que aspiran al sacerdocio, y cuántos pueblos hay que no tienen el suficiente número de sacerdotes para satisfacer su necesidad de Dios. Las tentaciones utilitaristas de la época y el sensualismo de la vida, ha matado en los jóvenes la fe y las aspiraciones a lo sabrenatural, sólo buscan las ventajas y las comodidades personales que los arrastran al placer... y al dinero, que proporciona el placer. Crece el ejército de los que marchan con la mirada fija y obsesionada en los bienes de la tierra, olvidados de los bienes eternos del cielo. Dígnate oir nuestra humilde oración en beneficio de tu Iglesia, y multiplica en favor de tus seminaristas las gracias qe necesitan para perseverar y que sean sacerdotes según tu corazón; amantísimos de la humildad, de la pureza, de la obediencia y de las almas que redimiste con tu preciosa sangre. Virgen Santísima, Inmaculada María, presenta a tu Hijo Jesús nuestra humilde súplica, para que los seminaristas de todo el mundo, de manera particular los de nuestra arquidiocesis, sean santos de verdad y fieles a la gracia de su vocación.

Preces por los seminaristas




V/.
Oh Jesús, Sumo Sacerdote de la Nueva Ley, Sembrador de la preciosa semilla de la vocación sacerdotal en las almas de tus predilectos escogidos, te pedimos:
R/. Que derrames abundante la semilla de la vocación.
V/. Que la fecundes con tu gracia en los corazones que la han recibido.
R/. Que apartes de tus escogidos la desdicha de serte infieles.
V/.
Que llenes de tu Amor aquellas almas venturosas que llamas a Ti.
R/. Que les des a conocer vivamente la grandeza del Sacerdocio, que vayas modelando su corazón sacerdotal a semejanza del Tuyo divino.
V/.
Que des a los Seminarios todos los medios y recursos que necesitan para ser lo que Tú quieres que sean.
R/. Que des a los Seminarios superiores y profesores santos y sabios que necesitan.
V/.
Que los Seminarios sean escuela altísima de tu Amor, fragua de apóstoles entregados, y vivero de sacerdotes santos.
Para que esta súplicas penetren en el Cielo.
R/. A Ti acudimos, Señor.
V/.
Para que éstos santos deseos sean consoladora realidad.
R/. En Ti esperamos, Señor.
V/.
Para que tus Seminarios aceleren la hora de tu Reinado.

R/.En Ti confiamos, Señor.

Nuestra Señora del Santísimo Sacramento



Virgen María, Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, gloria del pueblo cristiano, gozo de la Iglesia universal, ruega por nosotros y concede a todos los fieles verdadera devoción a la Sagrada Eucaristía, siendo dignos de recibirla cada día.
Oración
Oh Sagrado Banquete, en el cual recibimos a Cristo, se renueva la Memoria de su Pasión, el alma se llena de gracia y nos es dada en prenda la vida futura!
V. Les has dado pan del cielo
R. Que contiene en sí todo deleite.
Oremos: Oh Dios, Tu nos has dejado el memorial vivo de tu Pasión bajo los velos de este sacramento. Concédenos, te suplicamos, venerar los sagrados misterios de tu Cuerpo y Sangre de manera que podamos siempre gozar de los frutos de tu Redención. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Santa Comunión



Amable Jesús mío, viniste al mundo para dar tu vida divina a todas las almas. Quisiste hacerte nuestro alimento diario para conservar y fortalecer esta vida sobrenatural, frente a las debilidades y faltas de cada día.

Te pedimos humildemente que derrames tu Espíritu Divino sobre nosotros por amor de tu Sagrado Corazón. Vuelvan a ti las almas que llevadas del pecado han perdido la vida de la gracia. Que acudan frecuentemente a tu sagrado Altar todos los que se hallan en gracia, para que, participando en tu Sagrado Banquete, reciban la fortaleza que les haga victoriosos en la batalla de cada día contra el pecado y así crezcan siempre ante tus ojos en pureza y santidad hasta alcanzar la vida eterna en tu compañía.
Amén.



Oración a Cristo, sumo Sacerdote.




Señor, Jesucristo, nuestro magnifico y supremo Sacerdote. Por tu Muerte y Resurrección te hemos reconocido como el Cordero sacrificial, mediador entre el Padre y nosotros mismos. Nos llamas a participar en tu Muerte y Resurrección te hemos reconocido como el Cordero sacrificial, mediador entre el Padre y nosotros mismos. Nos llamas a participar en tu Muerte y Resurrección por los sacramentos del Bautismo y Confirmación, para unirnos en el ofrecimiento del sacrificio de Ti mismo por la participación de tu Sacerdocio en la Eucaristía. Así pertenecemos a tu Reino en la tierra, haciendonos tu pueblo santo.

Señor Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, concédenos tu Espíritu de Amor y Vida que nos una a ti, Sacerdote y Víctima, para que el plan de salvación para todos los pueblos se establezca dentro de nosotros.
Señor, Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, concédenos tu Espíritu de Sabiduría y unión, que a todos nos unifique en tu Cuerpo Místico, la Iglesia, para ser tus testigos en el mundo.
Señor, Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, tu cruz remedie nuestros males, tu Resurrección nos renueve, tu Espíritu Santo nos santifique, tu Realeza nos glorifique y nos redima tu Sacerdocio, para que podamos unirnos contigo como tu lo estas con el Padre en el Espíritu Santo.

Señor, Jesús, reúnenos a todos en tu Persona –Víctima, Sacerdote, Rey – por el banquete salvador de la Eucaristía que Tu y nosotros ofrecemos en el altar del Sacrificio, ahora y durante todos los días de nuestra peregrinación por este mundo. Cuando nos llames a tu Reino celestial, entonces podamos participar con todos los santos de tu gloria, amor y vida en unión con el Padre y el Espíritu Santo por toda la eternidad. Amén.
Oración
¡Oh Señor! Nos has regalado este sagrado Banquete en el cual recibimos a Cristo, se renueva la memoria de su Pasión, el alma se llena de gracia y nos es dada en prenda la gloria futura. Nos has dado pan del cielo que contiene en sí todo deleite.

Oremos: Oh Dios y Padre nuestro, has designado Supremo Sacerdote a Jesucristo, para tu gloria y nuestra salvación. Haz que el pueblo rescatado con su Sangre para Ti llegue a participar del poder de tu Cruz y Resurrección por la celebración de su Memorial en la Eucaristía, porque Él vive y reina contigo en el Espíritu Santo, Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Jesús Tu nos has dejado el recuerdo vivo de tu Pasión oculto bajo los velos de este Sacramento, concédenos te pedimos venerar de tal manera estos sagrados misterios de tu Cuerpo y Sangre, que podamos siempre gozar de los frutos de tu Redención. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

CORPUS CHRISTI




NOVENA CORPUS CHRISTI

Te doy gracias, Jesús, mi Dios y Redentor, por haber venido al mundo para salvarnos; por instituir el admirable Sacramento de la Eucaristía y quedarte con nosotros hasta el fin del mundo. Te doy gracias por haber ocultado bajo las especies eucarísticas tu infinita Majestad y Hermosura, cuya contemplación hace las delicias de los ángeles. Así me inspiras confianza para acercarme al trono de tu Misericordia.








Te doy gracias, Jesús mío, porque te me das a Ti mismo en el Santísimo Sacramento y tanto lo enriqueces con el tesoro de tu amor que no hay otro don mayor para mí. Te doy gracias por haberte hecho alimento para mí y ofrecerte constantemente en sacrificio a tu eterno Padre por mi salvación.

Te doy gracias a ti Dios y Sacerdote, por ofrecerte a ti mismo como sacrificio diariamente sobre nuestros altares en adoración y homenaje a la Santísima Trinidad, perfeccionando nuestra pobre y defectuosa adoración. Te doy gracias por actualizar aquí diariamente el sacrificio de la Cruz ofrecido en el Calvario, así satisfaces por nosotros, pobres pecadores, a la Divina Justicia.











Te doy gracias, Jesús amadísimo, por haberte hecho la Víctima inapreciable que merece plenitud de favores celestiales. Despierta en mi tal confianza que desciendan gracias cada vez más abundantes y fructuosas sobre mi alma. Te vivo agradecido por ofrecerte a ti mismo en acción de gracias a Dios por todos los beneficios espirituales y temporales que Él me ha otorgado.









En unión con tu propio ofrecimiento en el santo Sacrificio de la Misa te pido esta gracia particular (mencione el favor que desea)
Concédemelo, si es conforme a tu Santa Voluntad. Quiero también recibir de Ti la gracia de perseverar en tu amor y servicio fielmente, una santa muerte y la eternidad contigo en el Cielo. Amén.