jueves, 6 de marzo de 2014

Novenita en Honor al Siervo de Dios Dr. José Gregorio Hernández Cisneros




Novenita



A la Santísima Trinidad para obtener favores por intercesión del Siervo de Dios, Doctor José Gregorio Hernandez de Cisneros.




Invocación


Oh Trinidad amabilísima: en Vos creo, en Vos espero y os amo con todo mi corazón, y os pido llenéis mi alma de vuestra gracia y la confirméis en ella, de modo que jamas deje de ser vuestro Santo templo y la morada de vuestras delicias.
Vos habeís elegido a vuestro Siervo José Gregorio para enseñar a los hombres a amarnos sobre todas las cosas, serviros fielmente y amar al prójimo con Santa Caridad. Animado yo con esta consoladora doctrina del Evangelio, os adoro y bendigo por las virtudes y prerrogativas que habéis concedido a vuestro Siervo, y edificado con su ejemplo os pido por su eficaz intercesión que me asistais en todas mis necesidades, especialmente en esta que os encomiendo.
Dignaos Trinidad Misericordísima oir a Vuestro Siervo, concediendome el favor que os pido, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma.
Amén.





Deprecaciones

 

¡Oh Padre Eterno Omnipotente Dios!
Os adoro, glorifico, y os bendigo y doy gracias por todas las que concedisteis a Vuestro Siervo José Gregorio y por su intercesión, os pido, oigais los ardientes votos que hago para alcanzar de vuestra soberana bondad el favor que humildemente os suplico.

Padre Nuestro


Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.


Ave María



 Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén



Gloria



Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora
y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.












¡Oh Divino Verbo Encarnado!
Por el amor a los hombres y por este mismo Amor Sacramentado en los altares, os doy gracias por las carísimas inefables con que cada día favorecéis el alma de Vuestro Siervo José Gregorio al recibiros con tan Santas Disposiciones en la Sagrada Comunión, y por su intercesión os pido el favor que tanto necesito.



Padre Nuestro


Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.


Ave María



 Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén



Gloria



Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora
y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.









¡Oh Espíritu Santo 
fuente inagotable de amor y vida! 

Os Alabo y doy gracias por haber elegido por morada el alma de Vuestro Siervo José Gregorio y por su intercesión os pido este favor.




Padre Nuestro


Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.


Ave María



 Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén



Gloria



Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora
y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.










¡Oh Fidelísimo Siervo de Dios José Gregorio!
Oye las súplicas de mi corazón y así como en la tierra socorriste a los pobres, enfermos y atribulados con tus limosnas, ciéncia y buenos consejos; ahora feliz en el cielo protegeme y en prueba de que no me olvidas, alcánzame el favor que confiado/a y humildemente te pido, si es para mayor gloria de Dios, honra de María Inmaculada tu pronta exaltación a los altares y bien de mi alma. 
Amén.




Padre Nuestro


Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.


Ave María



 Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén



Gloria



Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora
y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.









La oración que cada día rezaba el Doctor José Gregorio Hernandez de Cisneros:


Magnificat

(Lc 1, 46-55)


Proclama mi alma la grandeza del Señor, 
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; 
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso 
ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo, 
y su misericordia 
 llega a sus fieles 
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: 
dispersa a los soberbios de corazón, 
derriba del trono a los poderosos 
y enaltece a los humildes, 
a los hambrientos los colma de bienes 
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, 
su siervo, 
acordándose de la misericordia 
como lo había prometido 
a nuestros padres 
en favor de Abrahán 
y su descendencia por siempre. 


Gloria


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora
y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.








Oración
 

Dios Misericordioso,
 que te has dignado escoger a Venezuela, 
para ser la pátria que tu Siervo José Gregorio, quién prevenido por tu gracia practicó desde niño las más heroicas virtudes, en especial, una fe ardiente, una pureza angelical y una caridad encendida, siendo esta la escala por la cual su alma voló a tu divino encuentro, cuando recibiste el holocausto de su vida; concedenos que brille pronto sobre su frente la aureola de los Santos, si es para Vuestra mayor Gloria y Honor de la Santa Iglesia te lo pedimos por los Méritos de Cristo Nuestro Señor.  
 Amén.