A Vos,
bienaventurado San José,
acudimos en nuestra tribulación;
y, después de invocar
el auxilio de vuestra Santísima Esposa,
solicitamos también confiadamente
vuestro patrocinio.
Por aquella caridad
que con la Inmaculada Virgen María,
Madre de Dios,
os tuvo unido,
y por el paterno amor
con que abrazasteis al Niño Jesús,
humildemente os suplicamos
volváis benigno los ojos
a la herencia que con su Sangre
adquirió Jesucristo,
y con vuestro poder
y auxilio
socorráis
nuestras necesidades.
Proteged,
oh providentísimo Custodio
de la Sagrada Familia,
la escogida descendencia
de Jesucristo;
apartad de nosotros
toda mancha de error
y corrupción;
asistidnos propicio,
desde el Cielo,
fortísimo libertador nuestro
en esta lucha con el poder de las tinieblas;
y, como en otro tiempo
librásteis al Niño Jesús
del inminente peligro de su vida,
así, ahora, defended
la Iglesia Santa de Dios
de las asechanzas de sus enemigos
y de toda adversidad,
y a cada uno de nosotros
protegednos
con perpetuo patrocinio,
para que,
a ejemplo vuestro
y sostenidos
por vuestro auxilio,
podamos santamente vivir
y piadosamente morir
y alcanzar en el Cielo
la eterna felicidad.
Amén
(Suele rezarse esta oración en los meses de Marzo y Octubre, al final del Santo Rosario)