QUINTO DÍA:
POR LAS ALMAS
DE NUESTROS HERMANOS SEPARADOS
“Hoy tráeme las almas de nuestros hermanos separados y
sumérgelas en el océano de Mi misericordia.
Durante las angustias de Mi Pasión
desgarraron Mi Cuerpo y Mi Corazón,
es decir, mi Iglesia.
A medida que se reincorporan a ella,
Mis heridas cicatrizan
y de esta forma sirven de bálsamo
a Mi Pasión.”
Misericordiosísimo Jesús,
que eres la Bondad misma,
no niegues la luz a aquellos que Te buscan.
Recibe en el seno de tu corazón desbordante de piedad
las almas de nuestros hermanos separados.
Encamínalos, con la ayuda de Tu luz,
a la unidad de la Iglesia
y no los dejes marchar del cobijo
de Tu Compasivo Corazón,
todo amor;
haz que también ellos
lleguen a glorificar la generosidad
de Tu misericordia.
Padre Eterno,
vuelve tu piadosa mirada
hacia las almas de nuestros hermanos separados,
especialmente hacia las almas de aquellos
que han malgastado Tus bendiciones
y abusado de Tus gracias,
manteniéndose obstinadamente en el error.
También a ellos da cobijo
el Corazón misericordiosísimo de Jesús;
no mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo
y los dolores de la Pasión que sufrió
y que aceptó por su bien.
Haz que glorifiquen
Tu gran misericordia
por los siglos de los siglos.
Amén.
[Terminar con la coronilla a la Divina Misericordia]
LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
(para rezarla con las cuentas del rosario)
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve, María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro
Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de
Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer
día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a
la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a
vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, La Santa Iglesia Católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de
la carne y la vida eterna. Amén.
Al comienzo de cada decena (1 vez):
Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la
Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo Hijo, nuestro Señor
Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo
entero.
En cada cuenta de la decena (10 veces):
Al terminar (3 veces):
Nota: Siempre se meditan los misterios dolorosos. La coronilla se debe rezar cuando se pueda a las 3:00 p.m. (hora de la Divina Misericordia) o en cualquier hora y en cualquier momento aunque no se esté rezando la novena. Se puede hacer la Señal de la Cruz y el Acto de Contrición al iniciar la Coronilla.
Uno de los lugares que Dios ha elegido
para que la gente pueda experimentar su presencia y su gracia – como
admitió el Papa San Juan Pablo II – es el Santuario de la Divina
Misericordia en Cracovia-Lagiewniki. Peregrinan a este lugar millones de
personas de todo el mundo. Para aquellos que no pueden hacerlo
físicamente, pero que desean de todo corazón poder estar en este lugar,
las Hermanas de la Congregación de la Madre de Dios de la Misericordia
han preparado una transmisión on-line las 24 horas del día por Internet,
desde su Capilla-Santuario, con vistas al altar con la Imagen milagrosa
de Jesús Misericordioso y la tumba de santa Sor Faustina. (https://www.faustyna.pl/zmbm/es/transmision-on-line/)