¡Oh San Juan Pablo,
desde la ventana del Cielo
dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia,
que tú has amado,
servido,
y guiado,
animándola a caminar con coraje
por los senderos del mundo
para llevar a Jesús a todos
y a todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes,
que han sido tu gran pasión.
Concédeles volver a soñar,
volver a mirar hacia lo alto
para encontrar la luz,
que ilumina los caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias,
¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de satanás
contra esta preciosa
e indispensable chispita de Cielo,
que Dios encendió sobre la tierra.
San Juan Pablo,
con tu oración
protege las familias
y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero,
todavía marcado por tensiones,
guerras
e injusticias.
Tú te opusiste a la guerra
invocando el diálogo
y sembrando el amor:
ruega por nosotros,
para que seamos incansables
sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo,
desde la ventana del Cielo,
donde te vemos junto a María,
haz descender sobre todos nosotros
la bendición de Dios.
Amén.
El texto está aprobado por el Cardenal Angelo Comastri,
Vicario General de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano