Eterno Padre te ofrecemos humildemente nuestra pobre presencia y la de toda la humanidad desde el principio hasta el fin del mundo de todas las Misas que se han celebrado o se han de celebrar. Te ofrecemos todas las penas, sufrimientos, oraciones, sacrificios, regocijos y alivios de nuestras vidas, en union con aquellos que pertenecen a Jesús aquí en la tierra. Por la Preciosísima Sangre de Cristo, toda su Sangre y Llagas y Agonía sálvanos, a través del doloroso Corazón de la Inmaculada Virgen María.
Para Obtener esta Gracia, debe rezarse diariamente y hacerse saber.
Revelado por Ntro Señor Jesucristo a Santa Gertrudis la Grande.