lunes, 25 de mayo de 2009

SÍMBOLO ATANASIANO ( QUICÚMQUE)








El Símbolo Atanasiano fue atribuido a Atanasio de Alejandría (+373> pero muy probablemente es posterior al siglo IV. Escrito en Latín, es un resumen didáctico de la doctrina cristiana y se centra especialmente en el dogma de la Santísima Trinidad. Gozó de gran autoridad en la Iglesia Latina y su uso se extendió rápidamente a todos los ritos de Occidente. Puede rezarse y meditarse una vez al mes, especialmente en el tercer domingo, como signo de adoración y alabanza a la Trinidad Beatísima.








Santa Teresa de Ávila nos cuenta en su autobiografía cómo meditando este símbolo recibió gracias especiales para penetrar en este inefable misterio: "Estando una vez rezando el Quícumque vult -escribe la santa-, se me dio a entender la manera de cómo era un solo Dios y tres personas tan claramente, que yo me espanté y me consolé mucho. Hízome tan grandísimo provecho para conocer más la grandeza de Dios y sus maravillas..."









Ant. Gloria a Ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre (T.P. Aleluya).

1. Todo el que quiera salvarse,
es preciso ante todo que profese la fe católica:
2. Pues quien no la observe íntegra y sin tacha, sin duda alguna perecerá eternamente.
3, Y ésta es la fe católica:que veneremos a un solo Dios en la Trinidad Santísima y a la Trinidad en la unidad.
4. Sin confundir las personas, ni separar la substancia.
5. Porque una es la persona del Padre,
otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo,
6. Pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una sola divinidad, les corresponde igual gloria y majestad eterna.
7 Cual es el Padre, tal es el Hijo,
tal el Espíritu Santo.
8. Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo.
9. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo.
10. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo.
11. Y sin embargo no son tres eternos, sino un solo eterno.
12. De la misma manera, no tres increados, ni tres inmensos,
sino un increado y un inmenso.
13. Igualmente omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo.
14. Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino un omnipotente.
15. Del mismo modo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios.
16. Y, sin embargo, no son tres Dióses, sino un solo Dios.
17. Así el Padre es Señor el Hijo es Señor el Espíritu Santo es Señor.
18. Y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor.
19. Porque así como la verdad cristiana
nos obliga a creer que cada persona es Dios y Señor,
la religión católica nos prohibe
que hablemos de tres Dioses o Señores.
20. El Padre no ha sido hecho por nadie, ni creado, ni engendrado.
21. El Hijo procede solamente del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado.
22. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente.
23. Por tanto hay un solo Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos;
un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.
24.Y en esta Trinidad nada hay anterior o posterior, nada mayor o menor:
pues las tres personas son coeternas e iguales entre sí.
25. De tal manera que, como ya se ha dicho antes, hemos de venerar la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad.
26. Por tanto, quien quiera salvarse es necesario que crea estas cosas sobre la Trinidad.
27. Pero para alcanzar la salvación eterna es preciso también creer firmemente en la Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo.
28. La fe verdadera consiste en que creamos y confesemos que Nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre.
29. Es Dios, engendrado de la misma substancia que el Padre, antes del tiempo;y hombre engendrado de la substancia de su Madre Santísima en el tiempo.
30. Perfecto Dios y perfecto hombre:
que subsiste con alma racional y carne humana.
31.Es igual al Padre según la divinidad; menor que el Padre según la humanidad.
32. El cual, aunque es Dios y hombre,
no son dos cristos, sino un solo Cristo.
33. Uno, no por conversión de la divinidad en cuerpo sino por asunción de la humanidad en Dios.
34. Uno absolutamente, no por confusión de substancia, sino en la unidad de la persona.
35. Pues como el alma racional y el cuerpo forman un hombre; así, Cristo es uno, siendo Dios y hombre.
36. Que padeció por nuestra salvación: descendió a los infiernos y al tercer día resucító de entre los muertos.
37. Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso:
desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
38. Y cuando venga, todos los hombres resucitarán con sus cuerpos, y cada uno rendirá cuentas de sus propios hechos.

39. Y los que hicieron el bien gozarán de vida eterna, pero los que hicieron el mal irán al fuego eterno.
40. Esta es la fe católica,
y quien no la crea fiel y firmemente no se podrá salvar.

Gloria al Padre...

Ant. Gloria a Ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre (T. P. Aleluya).

V. Señor, escucha mi oración.

R. Y llegue a Ti mi clamor.

Los sacerdotes añaden:

V. El Señor esté con vosotros.

R. Y con tu espíritu.

Oremos.
Oh Dios todopoderoso y eterno, que con la luz de la verdadera fe diste a tus siervos conocer la gloria de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad en el poder de tu majestad:
haz, te suplicamos, que, por la firmeza de esa misma fe, seamos defendidos siempre de toda adversidad. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos.

R. Amén.
Ant. Glória tíbí, Trínitas* aequális, una Déitas, et ante ómnia saécula, et nunc, et in perpétuum. (T.P. Allelúia).
1. Quicúmque vult salvus esse, *
ante ómnia opus est, ut téneat cathólicam fidem:
2. Quam nisí quisque íntegram
inviolatámque serváverit, *
absque dúbio in aetérnum peribit.
3. Fides autem cathólica haec est: *
ut unum Deum in Trinitáte,
et Trinitátem in unitáte venerémur.
4- Neque confundéntes persónas, * neque substántiam separántes.
5. Alía est enim persóna Patris ália Fílii, * ália Spíritus Sancti:

6. Sed Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti una est divínitas, *
aequális glóría, coaetérna majéstas.

7. Qualis Pater, talis Fílius, *
talis Spiritus Sanctus.
8. Increátus Pater, increátus Fílius * increátus Spíritus Sanctus.
9. Imménsus Pater, imménsus Fílius, * imménsus Spíritus Sanctus.
10.AEtérnus Pater, aetérnus Fílius, * aetérnus Spíritus Sanctus.
11. Et tamen non tres aetérni, * sed unus aetérnus.
12. Sicut non tres increáti, nec tres imménsi, *
sed unus increátus, et unus imménsus.
13. Simíliter omnípotens Pater, omnípotens Filius, * omnípotens Spíritus Sanctus.
14. Et tamen non tres omnipoténtes, * sed unus omnípotens.
15. Ita Deus Pater, Deus Fílius, * Deus Spíritus Sanctus.
16. Et tamen non tres dii, * sed unus est Deus.
17. Ita Dóminus Pater, Dómínus Fílius, * Dóminus Spíritus Sanctus.
18.Et tamen non tres Dóminí, * sed unus est Dómínus.
19. Quia, sicut singillátim unamquámque persónam Deum ac Dóminum confitéri christiána verítáte compéllimur:
ita tres Deos aut Dóminos dícere cathólica religióne prohibémur.
20. Pater a nullo est factus: * nec creátus, nec génitus.
21. Fílius a Patre solo est: * non factus, nec creátus, sed génitus.
22. Spíritus Sanctus a Patre et Filio: * non factus, nec creátus, nec génítus, sed procédens.
23. Unus ergo Pater, non tres Patres:
unus Fílius, non tres Fílii: *
unus Spíritus Sanctus, non tres Spíritus Sancti.
24. Et in hac Trinitáte nihil prius aut postérius, nihil maius aut minus: * sed totae tres persónae coaetérnae
sibí sunt et coaequáles.
25. Ita ut per ómnia, sícut iam supra dictum est,* et únitas in Trinitáte,
et Trínitas in unitáte veneránda sit.
26. Qui vult ergo salvus esse, * ita de Trinitáte séntiat

27.Sed necessárium est ad aetérnam salútem, * ut incarnatiónem quoque Dómini
nostri lesu Christi fidéliter credat.
28. Est ergo fides recta ut credámus et confiteámur, * quia Dóminus noster Iesus Christus,Dei Fílius, Deus et homo est.
29. Deus est ex substántia Patris
ante saecula génitus: *
et homo est ex substántia matris in saeculo natus.

30. Perféctus Deus, perféctus homo: * ex ánima rationáli et humána carne subsístens.
31. AEquális Patri secúndum divinitátem; * minor Patre secúndum humanitátem.
32. Qui, licet Deus sit et homo, *non duo tamen, sed unus est Chrístus.
33, Unus autem non conversióne divinitátis in carnem, sed assumptióne humanitátis in Deum.
34. Unus omníno, non confusióne substántiae, *
sed unitáte persónae.
35. Nam sicut ánima rationális et caro unus est homo: *
ita Deus et homo unus est Christus.
36. Qui passus est pro salúte nostra; descéndit ad inferos *
tértia die resurréxit a mórtuis.
37. Ascéndit ad caelos, sed et ad déxteram Dei Patris omnipoténtis:*
inde ventúrus est iudicáre vivos et mórtuos.
38. Ad cuius advéntuni omnes hómines resúrgere habent cum corpóribus suis: *
et redditúri sunt de factis própriis ratiónem.
39. Et qui bona egérunt, ibunt in vitam aetérnam:*
qui vero mala, in ignem aetérnum.
41). Haec est fides cathólica,*
quam nisi quisque fidéliter firmitérque credíderit, salvos esse non póterit

Glória Patri

Ant. Glória tibí, Trínitas aequális, una Déitas, et ante ómnia saécula, et nunc, et in perpétuum. (T. P. Allelúia).

V. Dómine, exáudi oratiónem meam.

R. Et clamor meus ad te véniat.
Sacerdotes addunt;

V. Dóminus vobíscum

R. Et cum spíritu tuo.

Orémus.

Omnípotens sempitérne Deus, qui dedísti fámulis tuis, in confessióne verae fídei, aetérnae Trinitátis glóriam agnóscere, et in poténtia maiestátis adoráre unitátem:
quaésumus;
ut eiúsdem fídeí firmitáte, ab ómnibus semper muniámur advérsis. Per Dóminum nostrum Iesum Christum
Fílium tuum; qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia saécula saeculórum.

R. Amen.

Acción de gracias a la Santísima Trinidad por los sublimes dones y privilegios concedidos a María santísima en su Asunción al cielo.

Adórese al Padre eterno rezando un Padre nuestro, un Ave María y un Gloria al Padre y dígase en seguida:

  • Os adoro, ¡oh Padre eterno!, con toda la corte celestial, por mi Dios y Señor, y os doy infinitas gracias en nombre de la santísima Virgen, vuestra Hija muy amada, por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquel poder con que la enaltecisteis en su gloriosa Asunción a los cielos.
    Adórese al eterno Hijo con un Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre, y dígase en seguida:
  • Os adoro, ¡oh eterno Hijo!, con toda la corte celestial, por mi Dios, Señor y Redentor, y os rindo gracias infinitas en nombre de la santísima Virgen, vuestra muy amada Madre, por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquella suma sabiduría con que la ilustrasteis en su gloriosa Asunción al cielo.
    Adórese al Espíritu Santo con un Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre, y dígase en seguida:
  • Os adoro, Espíritu Santo paráclito, por mi Dios y Señor, y os doy infinitas gracias con toda la corte celestial en nombre de la santísima Virgen, vuestra amantísima Esposa, por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquella perfectísima y divina caridad con que inflamasteis su santísimo y purísimo corazón en el acto de su gloriosísima Asunción al cielo; y humildemente os suplico en nombre de vuestra inmaculada Esposa, me otorguéis la gracia de perdonarme todos los gravísimos pecados que he cometido desde el primer instante en que pude pecar, hasta el presente, de los cuales me duelo infinitamente, con propósito de morir antes de volver mas a ofender a vuestra divina Majestad; y por los altísimos méritos y eficacísima protección de vuestra amantísima Esposa os suplico me concedáis a mí y a (nombre) el preciosísimo don de vuestra gracia y divino amor, otorgándome aquellas luces y particulares auxilios con los cuales vuestra eterna Providencia ha predeterminado salvarme, y conducirme a sí.


    A LA BEATÍSIMA VIRGEN

    Os reconozco y os venero, ¡oh Virgen santísima, Reina de los Cielos, Señora y Patrona del universo!, como a Hija del eterno Padre, Madre de su dilectísimo Hijo, y Esposa amantísima del Espíritu Santo; y postrados a los pies de vuestra gran Majestad con la mayor humildad os suplico por aquella divina caridad, de que fuisteis sumamente llena en vuestra Asunción al cielo, que me hagáis la singular gracia y misericordia de ponerme bajo vuestra segurísima y fidelísima protección, y de recibirme en el número de aquellos felicísimos y afortunados siervos que lleváis esculpidos en vuestro virginal pecho. Dignaos, ¡Oh Madre y Señora mía clementísima!, aceptar mi miserable corazón, mi memoria, mi voluntad, y demás potencias y sentidos míos interiores y exteriores; aceptad mis ojos, mis oídos, mi boca, mis manos y mis pies, regidlos conforme al beneplácito de vuestro Hijo, a fin de que con todos sus movimientos tenga intención de tributaros gloria infinita. Y por aquella sabiduría con que os iluminó vuestro amantísimo Hijo, os ruego y suplico me alcancéis luz y claridad para conocerme bien a mí mismo, mi nada, y particularmente mis pecados, para odiarlos y detestarlos siempre, y alcanzadme además luz para conocer las asechanzas del enemigo infernal y sus combates ocultos y manifiestos. Especialmente, piadosísima Madre mía, os suplico la gracia .......
  • Ofrecimientos:

    Ofrezcamos a la Santísima Trinidad los méritos de Jesucristo en acción de gracias por la preciosísima sangre que Jesús derramó por nosotros en el huerto; y por sus méritos imploremos a su divina Majestad el perdón de nuestros pecados.
    Un Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre.


    Ofrezcamos a la Santísima Trinidad los méritos de Jesucristo en acción de gracias por la preciosísima muerte que padeció por nosotros en la cruz; y por sus méritos imploremos a su divina Majestad la remisión de las penas debidas a nuestros pecados.
    Un Padre nuestro, Ave maría y Gloria al Padre.


    Ofrezcamos a la Santísima Trinidad los méritos de Jesucristo en acción de gracias por la inefable caridad con que bajó del cielo a la tierra a tomar carne humana, y a padecer y morir por nosotros en la cruz y por sus méritos supliquemos a su divina Majestad que después de nuestra muerte conduzca nuestras almas a la gloria celestial.
    Un Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre.

    sábado, 9 de mayo de 2009

    CÁNTICO DE LAS SUBIDAS - SALMO 130


    Desde lo más profundo a ti grito, Señor:
    ¡Señor, escucha mi voz!

    ¡Estén tus oídos atentos
    a mis peticiones de gracia!

    Si tienes en cuenta las culpas, Señor,
    ¿quién podrá resistir?

    Pero de ti viene el perdón,
    y así infundes respeto.

    Mi alma espera en el Señor,
    espera en su palabra.

    Mi alma aguarda al Señor,
    más que los centinelas la aurora.

    Más que los centinelas la aurora,
    aguarde Israel al Señor.

    Porque del Señor viene la gracia
    y la redención copiosa.

    Él redimirá a Israel
    de todas sus culpas.

    BENEDICITE - BENDECID AL SEÑOR




    Benedicite, omnia opera Domini, Domino; laudate et superexaltate eum in saecula.


    Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
    Benedicite, caeli, Domino, benedicite, angeli Domini, Domino. Angeles del Señor, bendecid al Señor; cielos, bendecid al Señor.
    Benedicite, aquae omnes, quae super caelos sunt, Domino, benedicat omnis virtutis Domino. Aguas del espacio, bendecid al Señor; ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
    Benedicite, sol et luna, Domino, benedicite, stellae caeli, Domino. Sol y luna, bendecid al Señor; astros del cielo, bendecid al Señor.
    Benedicite, omnis imber et ros, Domino, benedicite, omnes venti, Domino. Lluvia y rocío, bendecid al Señor; vientos todos, bendecid al Señor.
    Benedicite, ignis et aestus, Domino, benedicite, frigus et aestus, Domino. Fuego y calor, bendecid al Señor; fríos y heladas, bendecid al Señor.
    Benedicite, rores et pruina, Domino, benedicite, gelu et frigus, Domino. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor; témpanos y hielos, bendecid al Señor.
    Benedicite, glacies et nives, Domino, benedicite, noctes et dies, Domino. Escarchas y nieves, bendecid al Señor; noche y día, bendecid al señor.
    Benedicite, lux et tenebrae, Domino, benedicite, fulgura et nubes, Domino. Luz y tinieblas, bendecid al Señor; rayos y nubes, bendecid al Señor.
    Benedicat terra Dominum: laudet et superexaltet eum in saecula. Bendiga la tierra al Señor, ensálcelo con himnos por los siglos.
    Benedicite, montes et colles, Domino, benedicite, universa germinantia in terra, Domino. Montes y cumbres, bendecid al Señor; cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
    Benedicite, maria et flumina, Domino, benedicite, fontes, Domino. Manantiales, bendecid al Señor; mares y ríos, bendecid al Señor.
    Benedicite, cete, et omnia, quae moventur in aquis, Domino, benedicite, omnes volucres caeli, Domino. Cetáceos y peces, bendecid al Señor; aves del cielo, bendecid al Señor.
    Benedicite, omnes bestiae et pecora, Domino, benedicite, filii hominum, Domino. Fieras y ganado, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
    Benedicite, Israel, Domino, laudate et superexaltate eum in saecula. Hijos de los hombres, bendecid al Señor; bendiga Israel al Señor.
    Benedicite, sacerdotes Domini, Domino, benedicite, servi Domini, Domino. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; siervos del Señor, bendecid al Señor.
    Benedicite, spiritus et animae iustorum, Domino, benedicite, sancti et humiles corde, Domino. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor; santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
    Benedicite, Anania, Azaria, Misael, Domino, laudate et superexaltate eum in saecula. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
    Benedicamus Patrem et Filium cum Sancto Spiritu; laudemus et superexaltemus eum in saecula. Bendigamos al Padre al Hijo y al Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.
    Benedictus es in firmamento caeli et laudabilis et gloriosus in saecula. Bendito el Señor en la bóveda del cielo, alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
    Amen.


    Tomado del canto de los tres jóvenes del Libro de Daniel (3: 57-88, 56) La Iglelsia utiliza este himno de alabanza en la Liturgia de las Horas.
    Amén



    viernes, 1 de mayo de 2009

    STABAT MATER



    Stabat Mater dolorosa
    Iuxta crucem lacrimosa,
    Dum pendebat filius.
    Cuius animam gementem
    Contristantem et dolentem
    Pertransivit gladius.

    O quam tristis et afflicta
    Fuit illa benedicta
    Mater unigeniti
    Quae maerebat et dolebat.
    Et tremebat, cum videbat
    Nati poenas incliti.

    Quis est homo qui non fleret,
    Matrem Christi si videret
    In tanto supplicio?
    Quis non posset contristari,
    Piam matrem contemplari
    Dolentem cum filio?

    Pro peccatis suae gentis
    Jesum vidit in tormentis
    Et flagellis subditum.
    Vidit suum dulcem natum
    Morientem desolatum
    Dum emisit spiritum.

    Eja mater fons amoris,
    Me sentire vim doloris
    Fac ut tecum lugeam.
    Fac ut ardeat cor meum
    In amando Christum Deum,
    Ut sibi complaceam.

    Sancta mater, istud agas,
    Crucifixi fige plagas
    Cordi meo valide.
    Tui nati vulnerati
    Iam dignati pro me pati,
    Poenas mecum divide!

    Fac me vere tecum flere,
    Crucifixo condolere,
    Donec ego vixero.
    Juxta crucem tecum stare
    Te libenter sociare
    In planctu desidero.

    Virgo virginum praeclara,
    Mihi jam non sis amara,
    Fac me tecum plangere.
    Fac ut portem Christi mortem,
    Passionis eius sortem
    Et plagas recolere.

    Fac me plagis vulnerari,
    Cruce hac inebriari
    Ob amorem filii,
    Inflammatus et accensus,
    Per te virgo sim defensus
    In die judicii.

    Fac me cruce custodiri,
    Morte Christi praemuniri,
    Confoveri gratia.
    Quando corpus morietur
    Fac ut animae donetur
    Paradisi gloria.
    Amen.
    (Versión latin medieval)






    Estaba la Madre dolorosa
    junto a la Cruz, llorosa,
    en que pendía su Hijo.
    Su alma gimiente,
    contristada y doliente
    atravesó la espada.

    ¡Oh cuán triste y afligida
    estuvo aquella bendita
    Madre del Unigénito!.
    Languidecía y se dolía
    la piadosa Madre que veía
    las penas de su excelso Hijo.

    ¿Qué hombre no lloraría
    si a la Madre de Cristo viera
    en tanto suplicio?
    ¿Quién no se entristecería
    a la Madre contemplando
    con su doliente Hijo?

    Por los pecados de su gente
    vio a Jesús en los tormentos
    y doblegado por los azotes.
    Vio a su dulce Hijo
    muriendo desolado
    al entregar su espíritu.

    Ea, Madre, fuente de amor,
    hazme sentir tu dolor,
    contigo quiero llorar.
    Haz que mi corazón arda
    en el amor de mi Dios
    y en cumplir su voluntad.

    Santa Madre, yo te ruego
    que me traspases las llagas
    del Crucificado en el corazón.
    De tu Hijo malherido
    que por mí tanto sufrió
    reparte conmigo las penas.

    Déjame llorar contigo
    condolerme por tu Hijo
    mientras yo esté vivo.
    Junto a la Cruz contigo estar
    y contigo asociarme
    en el llanto es mi deseo.

    Virgen de Vírgenes preclara
    no te amargues ya conmigo,
    déjame llorar contigo.
    Haz que llore la muerte de Cristo,
    hazme socio de su pasión,
    haz que me quede con sus llagas.

    Haz que me hieran sus llagas,
    haz que con la Cruz me embriague,
    y con la Sangre de tu Hijo.
    Para que no me queme en las llamas,
    defiéndeme tú, Virgen santa,
    en el día del juicio.

    Cuando, Cristo, haya de irme,
    concédeme que tu Madre me guíe
    a la palma de la victoria.
    Y cuando mi cuerpo muera,
    haz que a mi alma se conceda
    del Paraíso la gloria.
    Amén.
    (Traducción literal del latin medieval)



    La Madre piadosa estaba
    junto a la cruz y lloraba
    mientras el Hijo pendía.
    Cuya alma, triste y llorosa,
    traspasada y dolorosa,
    fiero cuchillo tenía.

    ¡Oh, cuán triste y cuán aflicta
    se vio la Madre bendita,
    de tantos tormentos llena!
    Cuando triste contemplaba
    y dolorosa miraba
    del Hijo amado la pena.

    Y ¿cuál hombre no llorara,
    si a la Madre contemplara
    de Cristo, en tanto dolor?
    Y ¿quién no se entristeciera,
    Madre piadosa, si os viera
    sujeta a tanto rigor?

    Por los pecados del mundo,
    vio a Jesús en tan profundo
    tormento la dulce Madre.
    Vio morir al Hijo amado,
    que rindió desamparado
    el espíritu a su Padre.

    ¡Oh dulce fuente de amor!,
    hazme sentir tu dolor
    para que llore contigo.
    Y que, por mi Cristo amado,
    mi corazón abrasado
    más viva en él que conmigo.

    Y, porque a amarle me anime,
    en mi corazón imprime
    las llagas que tuvo en sí.
    Y de tu Hijo, Señora,
    divide conmigo ahora
    las que padeció por mí.

    Hazme contigo llorar
    y de veras lastimar
    de sus penas mientras vivo.
    Porque acompañar deseo
    en la cruz, donde le veo,
    tu corazón compasivo.

    ¡Virgen de vírgenes santas!,
    llore ya con ansias tantas,
    que el llanto dulce me sea.
    Porque su pasión y muerte
    tenga en mi alma, de suerte
    que siempre sus penas vea.

    Haz que su cruz me enamore
    y que en ella viva y more
    de mi fe y amor indicio.
    Porque me inflame y encienda,
    y contigo me defienda
    en el día del juicio.

    Haz que me ampare la muerte
    de Cristo, cuando en tan fuerte
    trance vida y alma estén.
    Porque, cuando quede en calma
    el cuerpo, vaya mi alma
    a su eterna gloria. Amén.


    (Versión por Lope de Vega)