miércoles, 19 de marzo de 2014

ORACIÓN DE LA HUMILDAD A SAN JOSÉ

Enséñanos José

Cómo se es “no protagonista”.

Cómo se avanza sin pisotear.

Cómo se colabora sin imponerse.

Cómo se ama sin reclamar.

Dinos José

Cómo se vive siendo ‘número dos’.

Cómo se hacen cosas fenomenales desde

un segundo puesto.

Explícanos

Cómo se es grande sin exhibirse.

Cómo se lucha sin aplauso.

Cómo se avanza sin publicidad.

Cómo se persevera y se muere uno

sin esperanza de que le hagan un homenaje.


¿Difícil? Sí, pero por lo menos habría que intentarlo... con la

ayuda del Señor y mirándonos en el espejo de San José.

 

LOS SIETE DOMINGOS EN HONOR DE LOS DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ

Introducción:

Toda la vida de San José fue un acto continuo de fe y obediencia en las circunstancias más difíciles y oscuras en que le puso Dios. Él es al pie de la letra "el administrador fiel y solícito a quien el Señor ha puesto al frente de su familia" (Lc 12, 42). Desde tiempo inmemorial, la Iglesia lo ha venido venerando e invocando como continuador en ella de la misión que un día tuviera para con su Fundador y Madre. En los momentos de noche oscura, el ejemplo de José es un estímulo inquebrantable para la aceptación, sin reservas, de la voluntad de Dios. Para propiciar esa veneración e imitación y para solicitar su ayuda, disponen a continuación del siempre actual Ejercicio de los siete Dolores y Gozos en honor a San José.




Por la señal de la Santa Cruz,

de nuestros enemigos,

líbranos Señor Dios nuestro.

En el nombre del Padre

y del Hijo

y del Espíritu Santo.

Amén.



Acto de contrición:


¡Señor mío, Jesucristo!

Dios y Hombre verdadero,

Creador,

Padre

y

Redentor mío;

por ser Vos quien sois,

Bondad infinita,

y porque os amo

sobre todas las cosas,

me pesa de todo corazón

de haberos ofendido;

también me pesa

porque podéis castigarme

con las penas del infierno.

Ayudado de vuestra divina gracia

propongo firmemente

nunca más pecar,

confesarme

y

cumplir la penitencia

que me fuere impuesta.

Amén.


 

 

Ofrecimiento


Glorioso Patriarca San José,

eficaz consuelo de los afligidos

y seguro refugio de los moribundos;

dignaos aceptar

el obsequio de este Ejercicio

que voy a rezar

en memoria

de vuestros siete dolores y gozos.

Y así como en vuestra feliz muerte,

Jesucristo

y su madre María

os asistieron

y consolaron

tan amorosamente,

así también Vos,

asistidme en aquel trance,

para que,

no faltando yo a la fe,

a la esperanza

y a la caridad,

me haga digno,

por los méritos

de la sangre

de Nuestro Señor Jesucristo

y

vuestro patrocinio,

de la consecución

de la vida eterna,

 

y por tanto

de vuestra compañía

en el Cielo,

Amén.



Primer dolor y gozo



Esposo de María,

glorioso San José,

¡qué aflicción

y angustia

la de vuestro corazón

en la perplejidad

en que estábais

sin saber

si debíais abandonar

o no

a vuestra esposa!

¡Pero cuál

no fue también

vuestra alegría

cuando el ángel

os reveló

el gran misterio

de la Encarnación!


Por este dolor y este gozo

os pedimos

consoléis nuestro corazón ahora

y en nuestros últimos dolores,

con la alegría de una vida justa

y de una santa muerte,

semejante a la vuestra

asistidos de Jesús y de María.


Padrenuestro, Avemaría y Gloria.


 

 


Segundo dolor y gozo

 
 

Bienaventurado patriarca

glorioso San José,

escogido para ser padre adoptivo

del Hijo de Dios hecho hombre,

el dolor que sentisteis

viendo nacer al Niño Jesús

en tan gran pobreza,

se cambió de pronto

en alegría celestial

al oír el armonioso

concierto de los ángeles

y al contemplar las maravillas

de aquella noche tan resplandeciente.

 

Por este dolor y gozo

alcanzadnos

que después del camino

de esta vida

vayamos a escuchar

las alabanzas de los ángeles

y a gozar de la gloria celestial.


Padrenuestro, Avemaría y Gloria.




Tercer dolor y gozo

 

Ejecutor obediente

de las leyes divinas,

glorioso San José,

la sangre preciosísima

que el Redentor Niño

derramó en su circuncisión

os traspasó el corazón,

pero el nombre de Jesús

que entonces se le impuso,

os confortó llenándoos de alegría,


Por este dolor

y por este gozo

alcanzadnos

el vivir alejados

de todo pecado,

a fin de expirar gozosos

con el nombre de Jesús

en el corazón y en los labios.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.




Cuarto dolor y gozo

 

 

Santo fiel,

que tuvísteis parte

en los misterios

de nuestra redención,

glorioso San José,

aunque la profecía de Simeón

acerca de los sufrimientos

que debían pasar

Jesús y María,

os causó dolor,

sin embargo

os llenó también de alegría,

anunciándoos al mismo tiempo

la salvación

y resurrección gloriosa

que de ahí

se seguiría

para un gran número de almas.


Por este dolor

y por este gozo,

conseguidnos

ser del número

de los que por los méritos de Jesús

y por la intercesión

de la Virgen María

han de resucitar gloriosamente.


Padrenuestro, Avemaría y Gloria,





Quinto dolor y gozo

 


Custodio vigilante

del Hijo de Dios hecho hombre,

glorioso San José,

¡cuánto sufrísteis

teniendo que alimentar

y servir

al Hijo de Dios,

particularmente

en vuestra huida a Egipto!,

¡pero cuán grande

fue vuestra alegría

teniendo siempre

con vos

al mismo Dios

y viendo derribados

los ídolos de Egipto.


Por este dolor

y

por este gozo,

alcanzadnos alejar

para siempre de nosotros al demonio,

sobre todo huyendo

de las ocasiones peligrosas,

y derribar de nuestro corazón

todo ídolo de afecto terreno,

para que

ocupados en servir

a

Jesús

y

María,

vivamos tan sólo para ellos

y muramos gozosos en su amor.


Padrenuestro, Avemaría y Gloria,





Sexto dolor y gozo


 

Ángel de la tierra,

glorioso San José,

que pudísteis admirar

al Rey de los cielos,

sometido a vuestros más mínimos mandatos,

aunque la alegría

al traerle de Egipto

se turbó por temor a Arquelao,

sin embargo,

tranquilizado luego

por el Ángel

vivísteis dichoso en Nazaret

con

Jesús y María.


Por este

dolor

y

gozo,

alcanzadnos la gracia

de desterrar de nuestro corazon

todo temor nocivo,

de poseer la paz

de la conciencia,

de vivir seguros

con

Jesús y María

y de morir también

asistidos de ellos.


Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

 

 


Séptimo dolor y gozo

 

Modelo de toda santidad,

glorioso San José,

que habiendo perdido

sin culpa vuestra

al Niño Jesús,

le buscasteis durante tres días

con profundo dolor,

hasta que lleno de gozo,

le encontrasteis

en el templo,

en medio

de los doctores.


Por

este dolor

y

este gozo,

os suplicamos

con palabras salidas del corazón,

intercedáis en nuestro favor

para que no nos suceda jamás

perder a Jesús

por algún pecado grave.

Mas si por desgracia

le perdemos,

haced que le busquemos

con tal dolor

que no nos deje reposar

hasta encontrarle favorable,

sobre todo

en nuestra muerte,

a fin de ir

a gozarle en el cielo

y a cantar eternamente con Vos

sus divinas misericordias.


Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



 

 

Antífona


Jesús mismo era tenido por hijo de José, cuando empezaba a tener como unos treinta años.

Rogad por nosotros,

San José,

para que seamos dignos

de las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.






Oración Final


Oh Dios,

que con inefable providencia,

os dignásteis elegir

al bienaventurado José

por esposo de vuestra Santísima Madre,

os rogamos

nos concedáis tener

como intercesor en los cielos

al que en la tierra

veneramos como protector.

Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos.

Amén.


 

LETANÍA A SAN JOSÉ


Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.


Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.

Cristo escúchanos, Cristo escúchanos,

Dios Padre Celestial. Ten piedad de nosotros.

Dios Hijo Redentor del mundo. Ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo. Ten piedad de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios. Ten piedad de nosotros.


Santa María. Ruega por nosotros.

San José, Ruega por nosotros.

Ínclito descendiente de David, Ruega por nosotros.

Lumbrera de los Patriarcas, Ruega por nosotros.

Esposo de la Madre de Dios, Ruega por nosotros.

Custodio casto de la Virgen, Ruega por nosotros.

Padre nutricio del Hijo de Dios, Ruega por nosotros.

Solícito defensor de Cristo, Ruega por nosotros.

Jefe de la Sagrada Familia, Ruega por nosotros.

José justísimo, Ruega por nosotros.

José castísimo, Ruega por nosotros.

José prudentísimo, Ruega por nosotros.

José fortísimo, Ruega por nosotros.

José obedientísimo, Ruega por nosotros.

José fidelísimo, Ruega por nosotros.

Espejo de paciencia, Ruega por nosotros.

Amador de la pobreza, Ruega por nosotros.

Modelo de los obreros, Ruega por nosotros.

Honra de la vida doméstica, Ruega por nosotros.

Custodio de Vírgenes, Ruega por nosotros.

Amparo de las familias, Ruega por nosotros.

Consuelo de los desgraciados, Ruega por nosotros.

Esperanza de los enfermos, Ruega por nosotros.

Abogado de los moribundos, Ruega por nosotros.

Terror de los demonios, Ruega por nosotros.

Protector de la Santa Iglesia, Ruega por nosotros.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Ten misericordia de nosotros.


 

Le constituyó señor de su casa, y jefe de todo cuanto poseía.


 

OREMOS:

Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Madre Santísima: te rogamos nos concedas que, pues le veneramos como protector en la tierra, merezcamos tenerle por intercesor en el Cielo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

 


INVOCACIÓN:

San José, haz que vivamos una vida inocente, asegurada siempre bajo tu patrocinio.

 

 

ORACIÓN A SAN JOSÉ DEL PAPA LEÓN XIII

A Vos,

bienaventurado San José,

acudimos en nuestra tribulación;

y, después de invocar

el auxilio de vuestra Santísima Esposa,

solicitamos también confiadamente

vuestro patrocinio.


Por aquella caridad

que con la Inmaculada Virgen María,

Madre de Dios,

os tuvo unido,

y por el paterno amor

con que abrazasteis al Niño Jesús,

humildemente os suplicamos

volváis benigno los ojos

a la herencia que con su Sangre

adquirió Jesucristo,

y con vuestro poder

y auxilio

socorráis

nuestras necesidades.

Proteged,

oh providentísimo Custodio

de la Sagrada Familia,

la escogida descendencia

de Jesucristo;

apartad de nosotros

toda mancha de error

y corrupción;

asistidnos propicio,

desde el Cielo,

fortísimo libertador nuestro

en esta lucha con el poder de las tinieblas;

y, como en otro tiempo

librásteis al Niño Jesús

del inminente peligro de su vida,

así, ahora, defended

la Iglesia Santa de Dios

de las asechanzas de sus enemigos

y de toda adversidad,

y a cada uno de nosotros

protegednos

con perpetuo patrocinio,

para que,

a ejemplo vuestro

y sostenidos

por vuestro auxilio,

podamos santamente vivir

y piadosamente morir

y alcanzar en el Cielo

la eterna felicidad.

Amén

(Suele rezarse esta oración en los meses de Marzo y Octubre, al final del Santo Rosario)

 

ORACIÓN A SAN JOSÉ

¡Oh San José,

custodio

y

padre de vírgenes,

a cuya guarda

fue encomendada

la misma inocencia

Cristo Jesús

y

María,

Virgen de las Vírgenes:

os suplico

y

ruego,

por estas dos

riquísimas prendas

Jesús y María,

que, preservándome

de toda inmundicia,

hagáis que siempre

sirva a Jesús y María

con puro corazón,

con cuerpo casto

y

con el alma libre

de toda mancha de pecado.

Amén.

jueves, 6 de marzo de 2014

Oración, para la devoción privada, a D. Luis de Trelles


D. LUIS DE TRELLES
APÓSTOL DE LA EUCARISTÍA
FUNDADOR DE LA ADORACIÓN NOCTURNA EN ESPAÑA







ORACIÓN

Padre nuestro que estás en el Cielo. 
Tú que escogiste 
a tu siervo LUIS DE TRELLES 
como laico comprometido 
en su tiempo 
y ardiente adorador de la EUCARISTÍA: 
Dame la gracia de imitarle 
cumpliendo siempre fielmente 
con mi compromiso 
en la adoración del Sacramento 
y en el servicio a los demás. 
Dígnate glorificar 
a tu siervo LUIS 
y concédeme 
por su intrecesión 
la gracia 
que humildemente 
te pido. 
Así sea.








Padre Nuestro


Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.







Ave María



 Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén









Gloria



Gloria al Padre, 
y al Hijo, 
y al Espíritu
Santo. 

Como era 
en el principio, 
ahora
y siempre, 

por los siglos 
de los siglos.
Amén.




Novena en Honor al Siervo de Dios Dr. José Gregorio Hernández Cisneros




Para obtener favores por intermedio del  Siervo de Dios José Gregorio Hernández.  Esta novena debe hacerse con la intención de participar en la Santa Misa y Comunión todos los domingos.




Oración para todos los días
Oh Dios mío, Todopoderoso que tanto has bendecido a tu amado Siervo José Gregorio, y que por tu gran misericordia le has dado el poder de curar enfermos y socorrer a los necesitados, concédenos Señor la gracia de curarme como médico espiritual de mi alma y de mi cuerpo y socórreme en mis necesidades si ha de ser para tu gloria.
Te pido esto Señor mío en nombre de tu amado Hijo quien nos enseñó a orar diciendo PADRE NUESTRO que estás en el cielo…….






Oración a la Santísima Trinidad
Oh Trinidad amabilísima: 

en Ti creo, 
en Ti espero 
y te amo con todo mi corazón.
Te pido que llenes mi alma de tu gracia 

y me conserves siempre en tu amistad.
Señor Dios Todopoderoso, 

en tus manos están puestas todas las cosas.  
Tú has hecho el Cielo y la Tierra 
y todo cuanto en ellos  se contiene.  
Tú eres el dueño del universo 
y nada puede oponerse a tu querer.  
Por lo tanto ahora, 
Señor y Dios  nuestro, 
ten piedad de nosotros 
porque los  sufrimientos 
y las enfermedades 
tratan de acabar con nuestra paz.  
No dejes de escuchar a estos  siervos 
que rescataste con la Preciosa Sangre 
de Tu Único Hijo.
 

Muéstrate compasivo con nosotros, 
cambia nuestro llanto en gozo 
para que consiguiendo las gracias 
que te imploramos, 
 alabemos Señor tu nombre 
y no dejen nuestros labios 
de proclamar tus alabanzas. 
Santísima Trinidad, 
te bendecimos 
por las extraordinarias gracias 
que concediste a tu 
Siervo José Gregorio, 
especialmente por aquella 
de amarte a Ti sobre todas las cosas 
y amar al prójimo como a sí mismo, 
en lo cual está resumido todo 
lo que tu Ley nos ordena.
 

Por esta caridad de tu amado Siervo, 
te pedimos nos asistas 
en todas nuestras necesidades, 
especialmente en la que te recomendamos hoy. 

Dígnate Trinidad misericordiosísima 
oír a tu Siervo.  
Y concédenos el favor 
que te pedimos por su intercesión, 
si es para mayor gloria tuya 
y bien de nuestra alma.  
Te  pedimos por los méritos 
de Jesucristo Nuestro Señor.  
Amén





Oración
Jesús, manso y humilde de corazón,
ardientemente te suplico que hagas
mi corazón semejante al tuyo.
 

Dame la gracia de ir adquiriendo
progresivamente 

un corazón desprendido
y vacío, 

manso 
y paciente.
 

Dame la gracia de sentirme bien
en el silencio y el anonimato.
 

Líbrame del miedo al ridículo,
del temor al fracaso.
 

Aleja de mi corazón la tristeza.
 

Hazme libre, fuerte y alegre.
 

Que nada pueda perturbar mi paz,
ni asustarme.
 

Que mi corazón no sienta necesidad
de autosatisfacciones y pueda yo dormir
todos los días en el lecho de la paz.
 

Revísteme de dulzura y paciencia,
mansedumbre y fortaleza, 

suavidad y vigor, 
madurez y serenidad.
Y los que me ven, 

te vean, 
Jesús.
Amén





Tú que vives al amparo del Altísimo 
y descansas a la sombra del Todopoderoso, 
dile al Señor:

“Tú eres mi refugio y fortaleza; Tú eres mi Dios y en ti Confío”.
 
Tú, eres mi Dios y en Ti confío.

No te sucederá desgracia alguna, ninguna calamidad caerá sobre tu casa, pues el Señor ha dado a sus ángeles la orden de protegerte a donde quiera que vayas.
 
Tú eres mi Dios y en Ti confío.
 
Los ángeles de Dios te llevarán en brazos, para que no te  tropieces con las piedras, podrás pisar los escorpiones y las víboras y dominar las fieras.
 
Tú eres mi Dios y en Ti confío.
 
Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé, y en tus angustias estaré contigo, te libraré de ellas y te colmaré de honores.
 
Tú eres mi Dios y en Ti confío.
 
El Señor es mi luz y mi salvación, a quien voy a tener miedo.  El Señor es la defensa de mi vida quien podrá hacerme temblar.
 
El Señor es mi Luz y mi Salvación.
 
Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión; el corazón me dice que te busque y buscándote estoy.
 
El Señor es mi Luz y mi Salvación.
 
No rechaces con cólera a tu siervo, tú eres mi único auxilio; no me abandones ni me dejes solo Dios y Salvador mío.
 
El Señor es mi Luz y mi Salvación.
 
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida.  Ármame de valor y fortaleza y en el Señor confío.
 
El Señor es mi Luz y mi Salvación.









Himno al Espíritu Santo
 
Ven, Dios Espíritu Santo 
y envíanos desde el Cielo 
tu luz para iluminarnos.
Ven ya, 
Padre de los pobres, 
luz que penetra en las almas, 
dador de todos los dones.  
Fuente de todo consuelo 
amable huésped del alma, 
paz en la hora de duelo.
Eres pausa en el trabajo; 
brisa en un clima de fuego, 
consuelo, en medio del llanto.
Ven luz santificadora, 
y entra hasta el fondo del alma 
de todos los que te adoran.  
Sin tu inspiración divina 
los hombres nada podemos
y el pecado nos domina.
Lava nuestras inmundicias, 
fecunda nuestros desiertos 
y cura nuestras heridas.
Doblega nuestra soberbia, 
calienta nuestra frialdad, 
endereza nuestras sendas.
Concede a aquellos 
que ponen en ti su fe 
y su confianza
tus siete sagrados dones.
Danos virtudes 
y méritos, 
danos una buena muerte 
y contigo el gozo eterno.
Amén 




Día Primero

Imagen Oh Padre Eterno, Dios Todopoderoso, te alabamos, te bendecimos y te damos gracias por todas las cualidades y virtudes que regalaste a tu Siervo José Gregorio, especialmente por su inmenso amor hacia los débiles, pobres y enfermos.
Por esta caridad de tu amado Siervo José Gregorio, nos atrevemos a pedirte, por su intercesión, nos concedas el favor que  humildemente te recomendamos  en esta novena.  Te pedimos por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
(Se pide la gracia que se desea)
Padre Nuestro, Ave María y  Gloria





 

Día Segundo 

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Oh Hijo Amadísimo de Dios que te has hecho hombre por amor nuestro y te has quedado en la Santa Hostia para ser  nuestro alimento, te damos  gracias por el inmenso amor que concediste a tu Siervo José Gregorio hacia la Eucaristía, la Comunión y la Santa Misa.  Has que como él, también nosotros recordemos siempre con gran fe tus promesas: “Yo soy el Pan de Vida bajado del Cielo.  Quien come de este Pan vivirá eternamente, no tendrá la muerte eterna y Yo le resucitaré en el último día”.  
Oh Jesús te pedimos confiadamente, por intercesión de tu Siervo José Gregorio, nos concedas  la gracia que tanto estamos necesitando.
(Se pide la gracia que se desea)
Padre Nuestro, Ave María y  Gloria



 

 

Día Tercero

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Oh Espíritu Santo, guía de las almas hacia la verdad y la luz, te pedimos con toda fe que nos ilumines y nos conduzcas por el camino de la virtud, alejándonos siempre del pecado y del vicio.  También te imploramos, por intercesión de tu Siervo José Gregorio, nos concedas el favor que tanto estamos necesitando.
(Se pide la gracia que se desea).
Padre Nuestro, Ave María y  Gloria



 

 

Día Cuarto

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Oh Padre Celestial que nos redimiste suscitándonos un Salvador en la persona de tu propio hijo, te damos gracias por tu infinita misericordia.  Por el gran amor que tu Siervo José Gregorio tuvo hacia nuestro amado Redentor, recordando frecuentemente los dolores de su Pasión, te suplicamos con gran esperanza de ser escuchados, nos concedas la gracia que en esta novena te estamos implorando.  Te pedimos por los méritos de Jesucristo Nuestro Señor y la intercesión de tu Siervo José Gregorio.
(Se pide la gracia que se desea).
Padre Nuestro, Ave María y  Gloria



 

 

Día Quinto

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Oh Espíritu Santo, te pedimos, al recordar la Santísima Pasión de Jesucristo, meditando las palabras que el Profeta dijo acerca de él ¡Miradlo cómo le han dejado nuestros pecados!.  Varón de dolores que sabe lo que es padecer.  Soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores por nuestros pecados.  Su dolor nos salvó a nosotros.  Por sus llagas fuimos curados.  Él ha sido humillado, herido, traspasado, triturado, cargado con todos nuestros pecados. 
Fue llevado a la muerte como manso cordero, sin protestar, sin abrir la boca.  Le dieron a beber hiel y vinagre.  Se repartieron sus vestidos.  Traspasaron sus manos y sus pies y se puede contar todos sus huesos.  Gracias te damos, Redentor Nuestro, por el amor que inspiraste a tu Siervo José Gregorio hacia Ti y hacia todos los que sufren.  Por su intercesión te pedimos, pues yo reconozco humildemente nos concedas la gracia que estamos necesitando.
(Se pide la gracia que se desea).
Padre Nuestro, Ave María y  Gloria



 

 

Día Sexto

Imagen
Oh Espíritu Santo enviado por Nuestro Amable Redentor para librarnos del error y darnos un especial gusto por la virtud y las obras buenas,  hoy te pedimos con toda fe nos concedas el espíritu de resignación y paz que tuvo Jesucristo Nuestro Señor cuando en el Huerto de los Olivos oraba diciendo: “Padre, si es posible aleja de mí estos sufrimientos, pero que no se haga mi voluntad  sino la tuya.  
Te suplicamos por medio de tu fiel Siervo José Gregorio, que si conviene para el bien de nuestras almas, nos concedas el favor especial que con nuestra oración estamos implorando en esta novena.  Amén
(Se pide la gracia que se desea).
Padre Nuestro, Ave María y  Gloria



 

 

Día Séptimo

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Padre Misericordioso, siempre dispuesto al perdón, agobiados por el recuerdo de nuestros muchos pecados, queremos rezarte hoy la  oración que te compuso tu Siervo el Profeta David: “Misericordia, Dios mío, por tu bondad.  Por tu inmensa compasión borra mi culpa.  Borra del todo mi pecado.  Purifícame de mis culpas, mis faltas.  Tengo siempre presente mis pecados.  Contra ti Señor pequé y cometí la maldad que aborreces.  Te gusta un corazón sincero y en mi interior me recomiendas sabiduría: purifícame y quedaré más blanco que la nieve.  Aparta de tu vista mi pecado.  Borra en mí toda culpa.  Oh Dios, crea en mí un corazón puro.  No me arrojes lejos de tu presencia.  No alejes de mí tu Santo Espíritu.  Líbrame del castigo que merezco.  Te ofrezco un espíritu arrepentido y humillado, tú no lo desprecias.     En cambio enseñaré a otros tu doctrina.  Haré que los pecadores se vuelvan tuyos y proclamaré tus alabanzas siempre”. 
Padre Misericordioso, te pedimos con toda fe y por la  intercesión de tu Siervo José Gregorio,  nos concedas la gracia que te estamos suplicando en esta novena.
(Se pide la gracia que se desea).
Padre Nuestro, Ave María y  Gloria



 

 

Día Octavo

Imagen
Señor Nuestro Jesucristo, Salvador de todos los que creen en Ti,  postrados ante tu Santísima presencia, te rogamos con el mayor fervor, que imprimas en nuestro corazón los más vivos sentimientos de fe, esperanza, caridad, dolor de nuestros pecados y propósitos de jamás ofenderte, mientras que nosotros llenos de amor y compasión vamos considerando tus cinco llagas.  Comenzando por aquellas palabras del Profeta:  "Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos”.
Alma de Cristo, santifícanos.  Cuerpo de Cristo, sálvanos.  Sangre de Cristo, embriáganos.  Agua del Costado de Cristo, purifícanos.  Pasión de Cristo, confórtanos. Oh buen Jesús, óyenos.  Dentro de tus llagas escóndenos.  No permitas que nos apartemos de Ti.  Del enemigo malo defiéndenos.  A la hora de la muerte llámanos y mándanos ir a Ti para que con tus Santos te alabemos por los siglos de los siglos. Amén. Jesucristo, Redentor Nuestro, te pedimos por intercesión de tu Siervo José Gregorio nos concedas la gracia que en esta novena te estamos suplicando. Amén
(Se pide la gracia que se desea).
Padre Nuestro, Ave María y  Gloria



 

 

Día Noveno

Imagen Oh Espíritu Santo que en tu Siervo José Gregorio suscitaste una inmensa devoción a la Santísima Virgen, queremos honrarte rezando la oración que la misma Madre de Dios compuso inspirada por Ti: “Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se alegra al contemplar la bondad de Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava”. 
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Todopoderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.  Él hace maravillas con su abrazo.  Dispersa a los orgullosos de corazón y derriba a los poderosos.  Eleva a los humildes y a los necesitados los llena de bienes, pero a los que se creen ricos, los despide vacíos. 
Alabado sea para siempre el Nombre del Señor. Oh Espíritu Santo, te pedimos por intercesión de tu Siervo José Gregorio, te dignes concedernos la gracia que tan confiadamente te estamos suplicando, si ha de ser para tu gloria y para nuestro bien.  Amén
(Se pide la gracia que se desea).
Padre Nuestro, Ave María y  Gloria











Súplica para todos los días.
 
Oh Dios misericordioso que te has dignado escoger a Venezuela para ser la patria de tu Siervo José Gregorio, quien  ayudado por tu gracia, practicó desde niño las más heroicas virtudes, en especial una fe ardiente, una pureza angelical y una caridad encendida, siendo este el camino por el cual su alma llegó a tu divina presencia, cuando recibiste el holocausto de su vida.   Concédenos que brille pronto sobre su frente la aureola de los Santos, si es para tu mayor Gloria y Honor de la Santa Iglesia.  Te pedimos por los méritos de Nuestro Señor  Jesucristo.  Amén.  Santísima Virgen María obtén del Altísimo la insigne gracia de la pronta exaltación a los Altares de tu devoto José Gregorio, que tan filialmente te amo a lo largo de toda su vida.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)









Oración al Siervo de Dios José Gregorio Hernández
Oh fidelísimo Siervo de Dios José Gregorio oye las suplicas de mi corazón, y así como en la tierra socorriste a los pobres, enfermos y atribulados, con tus limosnas, ciencia y buenos consejos,  ahora feliz en el cielo, protégeme, y en prueba de que olvidas, alcánzame el favor que confiado y humildemente te pido, si es para mayor gloria de Dios, honra de María Inmaculada, tu propia exaltación a los altares y para bien de mi alma. Amén. 




Jaculatoria
    - Tú que hiciste de la humildad tu norma de vida.

Intercede por nosotros.
 

- Tú que te entregaste al servicio de las más pobres.
 

Intercede por nosotros.
 

- Tú que eres nuestro médico del alma y del cuerpo.
 

Intercede por nosotros.
 

- Tú que en nuestras angustias, eres nuestro sosiego.
 

Intercede por nosotros.
 

- Tú que renunciaste al mundo  para dedicarte al servicio del evangelio.
 

Intercede por nosotros.
 

- Tú que fuiste un alma pura, fiel a los preceptos de la Santísima Trinidad.
 

Intercede por nosotros.
 

- Tú que eres digno de ser alabado por siempre.
 

Intercede por nosotros.  






ORACIÓN
Señor, recuérdate de las bondades de tu Siervo José Gregorio, no recuerdes sus pecados, sino el amor a tus mandamientos y la facilidad para cumplirlos.  Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo.  Amén.











CANTO AL DOCTOR JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ

 

 

 Doctor  Gregorio Hernández
busco tu intercesión
para que cures mi alma
sanes mi corazón (bis).

A los pobres y enfermos
les das la fe y la salud,
más que en remedios confiamos
en tu amor y en tu virtud.

Consuelo das al que sufre,
al moribundo perdón,
a los pobres, providencia,
a todos tu intercesión.

Venimos porque creemos
tu poder medicinal,
que Dios te ha dado del cielo
para curar nuestro mal.

Tu vida fue claro ejemplo;
fe, esperanza y caridad
Amor a la Virgen Madre,
y a la Santa Trinidad.

Tu virtud y testimonio
hoy queremos imitar
pedimos al Dios Eterno
te de un sitio en el altar.

Doctor Gregorio Hernández
busco tu intercesión
para que cures mi alma
sanes mi corazón.







¡Gracias Señor! 

 


Fuente: http://www.rosasdegregorio.org/