miércoles, 24 de julio de 2013

Oración de S.S. Juan Pablo II delante de la tumba del Apóstol Santiago en la IV Jornada Mundial de la Juventud - Santiago de Compostela, 19 de agosto de 1989


 
¡Señor Santiago!
Heme aquí, de nuevo, junto a tu sepulcro
al que me acerco hoy, peregrino de todos los caminos del mundo,
para honrar tu memoria e implorar tu protección.
Vengo de la Roma luminosa y perenne,
hasta ti que te hiciste romero tras las huellas de Cristo
y trajiste su nombre y su voz hasta este confín del universo.
Vengo de la cercanía de Pedro, y, como Sucesor suyo,
te traigo, a ti que eres con él columna de la Iglesia,
el abrazo fraterno que viene de los siglos
y el canto que resuena firme y apostólico en la catolicidad.
Viene conmigo, Señor Santiago, una inmensa riada juvenil
nacida en las fuentes de todos los países de la tierra.
Aquí la tienes, unida y remansada ahora en tu presencia,
ansiosa de refrescar su fe en el ejemplo vibrante de tu vida.
Venimos hasta estos benditos umbrales en animosa peregrinación.
Venimos inmersos en este copioso tropel que desde la entraña de los siglos
ha venido trayendo a las gentes hasta esta Compostela
donde tú eres peregrino y hospedero, apóstol y patrón.
Y venimos hoy a tu vera porque vamos juntos de camino.
Caminamos hacia el final de un milenio que queremos sellar con el sello de Cristo.
Caminamos, más allá, hacia el arranque de un milenio nuevo
que queremos abrir en el nombre de Dios. Señor Santiago,
necesitamos para nuestra peregrinación de tu ardor y de tu intrepidez.
Por eso, venimos a pedírtelos hasta este «finisterrae>> de tus andanzas apostólicas.
Enséñanos, Apóstol y amigo del Señor,
el CAMINO que conduce hacia El.
Ábrenos, predicador de las Espadas,
a la VERDAD que aprendiste de los labios del Maestro.
Danos, testigo del Evangelio, la fuerza de amar siempre la VIDA.
Ponte tú, Patrón de los peregrinos,
al frente de nuestra peregrinación cristiana y juvenil.
Y que así como los pueblos caminaron antaño hasta ti,
peregrines tú con nosotros al encuentro de todos los pueblos.
Contigo, Santiago Apóstol y Peregrino,
queremos enseñar a las gentes de Europa y del mundo
que Cristo es-hoy y siempre- el CAMINO, la VERDAD y la VIDA.

 
(Oración de S.S. Juan Pablo II delante de la tumba del Apóstol Santiago en la IV Jornada Mundial de la Juventud - Santiago de Compostela, 19 de agosto de 1989)



Oración de Consagración a Nuestra Señora de Aparecida del Papa Francisco que hizo al concluir la Misa.





“Oh María Santísima
De los méritos de nuestro Señor Jesucristo en tu querida imagen de Aparecida,
alcanza numerosos beneficios sobre todo a Brasil.
Yo, aunque indigno de pertenecer al número de tus hijos e hijas, pero lleno de deseo de participar de los beneficios de tu misericordia, postrado a tus pies consagro mi entendimiento para que siempre pienses en el amor que mereces.
Te consagro mi lengua para que siempre te alabe y propague tu devoción.
Te consagro mi corazón para que, después de Dios, te ame sobre todas las cosas.
Recíbeme, Oh Reina incomparable.
Tú, que en Cristo crucificado eres nuestra Madre en el dichoso número de tus hijos e hijas,
recíbeme bajo tu protección.
Socórreme en todas mis necesidades espirituales y temporales, sobre todo en la hora de mi muerte. Bendíceme oh celestial cooperadora; y con tu poderosa intercesión,
fortaléceme en mi flaqueza a fin de que te sirva fielmente en esta vida y después pueda alabarte, amarte y darte gracias en el cielo por toda la eternidad”.




Oración del Papa FRANCISCO ante Ntra. Sra. de la Concepción de Aparecida. JMJ RIO 2013


Madre Aparecida, como Tú un día,
Así me siento hoy delante de ti y de Dios,
Que nos propone una misión para la vida
Los cuales contornos y límites no conocemos,
Las cuales exigencias apenas entrevemos.
Pero en Tu fe, gracias a la cual
“nada es imposible para Dios”
Tu, oh Madre, nos has flaqueado
Y yo no puedo flaquear.

Aquí está la Servidora del Señor,
que se haga en mí según tu Palabra

Así, o Tú o como Tú,
Yo abrazo mi misión
En tus manos pongo mi vida
Y vamos, Tu-Madre y Yo-hijo,
A caminar juntos, a creer juntos,
a luchar juntos, a vencer juntos,
como siempre juntos caminaron Tu y Tu Hijo.

Mujer, aquí está tu Hijo!
Hijo, aquí está tu Madre!

Madre Aparecida,
Un día llevaste tu Hijo
Al Templo para consagrarlo al Padre
Para que fuera totalmente disponible a la misión.
Llévame hoy al mismo Padre,
Conságrame a Él
Con todo aquello que soy
y con todo aquello que tengo.

Estoy Aquí! Envíame!
Madre Aparecida,
Pongo en tus manos
Y llevo al Padre nuestros y tus jóvenes,
La Jornada Mundial de la Juventud:
Cuánta fuerza, cuánta vida,
Y cuánto dinamismo que germina y florece
Y que puede estar al servicio de la vida
Y de la humanidad.

Acoge y santifica, oh Padre, a Tú Juventud!
En fin, Madre, te pedimos:
Quédate aquí,
Acoge siempre a tus hijos e hijas peregrinos
Pero ven también con nosotros,
Quédate siempre a nuestro lado
Y acompaña en la misión
La gran familia de fieles,
Sobre todo cuando la Cruz pesa de más
Y sostiene nuestra esperanza y nuestra fe.

Sé fiel hasta la muerte y yo
te daré la corona de la vida! Amén.